Photos by Mathew Scott

FEATURED STORY: Davinia Urbina

Las Nannies de Glen Park

Debajo de los árboles de Glenhurst Park en Atwater Village, podrás encontrar a las “Nannies de Glen Park”; un grupo de 20 niñeras que a través de los años se han reunido aquí para convivir y celebrar los cumpleaños de los niños. Cada nanny tiene un relato diferente de cómo llegó a encontrar este parque y este grupo, esta es la historia de Davinia Urbina, una historia que empieza lejos del parque en su natal Nicaragua.

Nacida en la capital, Managua, después de la separación de sus padres a los seis años se mudó al norte del país para estar con la familia de su mamá. Aquí en Somoto, un pueblo tranquilo, ella tuvo una niñez serena pero con muchas responsabilidades.

“Yo cuidaba a mis dos hermanitos. Mi mamá se iba a trabajar, y sí estaban mis tíos y mis primos, pero igual me tocó estar muy pendiente de mis hermanos.”

En Somoto, rodeada de sus once tíos, primos, y otros familiares, Davinia pudo ver la importancia de la familia, entre ellos se ayudaban y se cuidaban. En ese tiempo durante un viaje a Suiza, la mamá de Davinia se enamoró de un suizo y se casaron. Junto con sus hermanos y su mamá, se mudaron todos a este nuevo país para empezar una nueva vida y familia. A pesar de que estaba a miles de millas de Nicaragua, Davinia nunca se olvidó de los valores inculcados por su familia en Somoto. 

Davinia vivió cinco años en este ambiente nuevo, en plena adolescencia, ella rápidamente aprendió Alemán y más sobre la cultura suiza para poder aclimatarse y conectarse mejor con sus nuevos amigos y parientes. Estos años fueron muy formativos para Davinia, pero siempre extrañaba a su natal Nicaragua, cuando llegó la oportunidad decidió regresar para poder estudiar en la universidad.

“Siempre fui buena en la escuela, siempre me gustó mucho la escuela. Fui a la universidad, se llama UNICA, Universidad Católica de Nicaragua y estudié relaciones internacionales porque yo me miraba como embajadora de Nicaragua en otro país. Terminé muy bien, fui una de las ocho mejores de la universidad.”

Aunque Davinia tuvo las mejores calificaciones y el empeño para representar en alto a su país, nunca pudo encontrar una manera de empezar su carrera en este ámbito.

“Todo funciona por medio de la política, sobre todo en ese tipo de trabajos, es difícil entrar así a un puesto de esos [sin conexiones].”

Al terminar la universidad, redireccionó un poco sus metas profesionales y trabajó en Costa Rica y luego de vuelta en Somoto. En ese entonces, su padre y un hermano ya tenían tiempo viviendo en California, y su papá le metió sus papeles para legalizarse y recibir su residencia.

Le llegó la noticia a Davi, y al recibir su residencia duró un tiempo en Washington D.C. con una tía, y le ayuda cuidando a sus niños. De ahí llegó a Paramount y empezó a vivir con su

hermano. Con mucho esfuerzo de su parte, duró un tiempo buscando trabajo, pero no pudo conseguir un empleo. Para aprovechar el tiempo, en las noches asistió a clases de inglés para adultos y pudo llegar hasta el último nivel de aprendizaje.

Después de seis meses, encontró trabajo cuidando niños y también personas adultas, pero no funcionó, decidió buscar nuevos senderos y así es como encontró su empleo actual.

“Busqué en Care.com y me llamó la atención [la descripción del trabajo] porque dijo que quería alguien que hablara español, y metí ahí mi aplicación.”

Fue contratada, y desde que la niña tenía un mes la ha cuidado y ahora seis años después sigue con la familia.

“Con la niña sólo hablo español, porque era para que aprenda y también era uno de los requisitos cuando vine de que había que enseñarle español. Y hoy habla perfecto, y lee y escribe español también.”

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Durante la pandemia para pasar las horas, Davinia solía pasear a la niña por toda la vecindad y así es como escucho del parque Glenhurst por primera vez.

“Aquí a dos casas, hay una una niñera también. Todos los días, daba la vuelta en el vecindario y un día la niñera me dijo que hay un parque aquí al que ella iba antes. Me dice “¿Vamos?” Pero a mí me da miedo manejar, y ella dice “Yo voy a ir adelante y usted se va atrás de mí.” Agarré valor y ya me fui.”

Desde ese día, ir al parque se convirtió en parte de su rutina. En el parque de las nannys, Davinia pudo encontrar y socializar con otras nineras y los niños también podían hacer nuevos amigos.

“Todos los días íbamos con ella. A veces había grupo en la mañana y a veces había uno en la tarde, pero ahora ya están fusionadas las de la mañana y la tarde y me quedan todo el día. Los niños juegan y las nannies platicamos, y sobre todo se celebran todos los cumpleaños de los niños.”

Además de convivir, las “nannys” también se ayudan unas a otras. 

“Si alguien necesita trabajo una le dice a la otra. Tenemos un chat también de todas las nannies, se llama las “Nannies de Glen Park”. Incluso hace unos meses, la mamá de uno de ellos falleció y entre todas la ayudamos. Se trata siempre de ayudar o de apoyar.”

Al crecer la niña a quien Davinia cuida, no sabe por cuántos años más seguirá yendo al parque, pero lo que se sabe es que durante su estancia en el parque ha podido pasar muy buenos momentos y recuerdos con los niños y las otras niñeras.

“Mi amiga me dijo que antes venían más, que poco a poco, todo el mundo fue llegando pero así fue como llegué a ese parque.”

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